Lo miro una vez más, como despidiéndose, por dentro se le mezcló una especie de risa y asco, escupió a un costado, tomó aire mientras sacaba el seguro y el arma disparó fuego cual dragón salido de una película de fantasía. La víctima estaba muerta antes de pegar contra el suelo.
miércoles, 6 de junio de 2007
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